Pelé jugaba en el club Cosmos de Nueva York (EE.UU.) desde hacía unos años y seguía siendo una estrella. Edson Arantes do Nascimento se despidió del fútbol en 1977, a los 37 años, luego de jugar en cuatro mundiales y hacer historia en el club Santos, su equipo de siempre. Pero mucho antes de eso, nos regaló el privilegio de verlo jugar en tierra peruana.
El niño Edson nació y vivió en un entorno difícil. Era el barrio ‘Tres Corazones’, en el estado de Minas Gerais, Brasil, donde lo vieron nacer un 23 de octubre de 1940. Su padre, conocido como ‘Dondinho’, fue un futbolista que llegó a jugar en el club Fluminense, pero una lesión lo terminó hundiendo en el anonimato. Su revancha fue a través de su pequeño hijo, a quien llamó Pelé.
Ese niño brilló desde muy temprano en el Santos y fue en Vila Belmiro donde demostró sus dotes naturales para el arte del balompié. En el club albo firmó su primer contrato profesional en 1957, a los 17 años; pocos meses después fue convocado a la selección nacional con la que asistió al mundial sueco en 1958.
Pelé repitió el plato mundialista en Chile en 1962, Inglaterra en 1966 y, por último, México en 1970. En Chile y México, así como lo hizo en Suecia, destacó como el principal artífice de la coronación mundial, y en el país azteca logró el tricampeonato. El 18 de julio de 1971, la estrella del Santos, el gran Pelé se retiró de la selección verdeamarela.
Parecía que el mítico Pelé iba a jugar toda su vida en el Santos de Brasil, pero en 1974, a los 34 años de edad, dejó el equipo paulista y partió a los Estados Unidos de América. Allí recaló en el nuevo y millonario club neoyorquino Cosmos. Otra etapa de su carrera se abría a sus pasos de crack.
Su presencia en tierras norteamericanas fue deportiva y publicitaria, pues el gobierno estadounidense buscaba promover la práctica del balompié en el país y halló en él a la figura global que requerían. Pelé no podía rehusar una oferta que implicaba recibir, por una temporada de soccer, un sueldo similar al que obtuvo en casi toda su trayectoria de 20 años en el Santos.
En el Cosmos jugó como un ídolo de 1974 a 1977; con más precisión, jugó allí hasta el 1 de octubre de 1977. Ese día, en el Giants Stadium, jugaron los dos equipos, los únicos, en los que se desempeñó el rey del balón: Santos y Cosmos.
PELÉ Y UN PARTIDO INOLVIDABLE
Faltaban pocos meses para el mundial de Argentina 78, en ese ambiente futbolero todos se enteraron de cómo el rey -o también la ‘Perla Negra’- jugaría su último partido oficial. La emoción se vivió en los últimos minutos del encuentro y tras el pitazo final, el abrazo de su compañero en el Cosmos, Carlos Alberto, dio la vuelta al mundo.
Setenta y cinco mil “súbditos” del Rey estuvieron en las gradas del estadio de los Gigantes. La Gran Manzana se conmovía entera, mientras todos en el estadio gritaban eufóricos el nombre de Pelé, nombre que significaba “a pie limpio”, y que era la forma en que el niño Edson jugaba en un inicio, descalzo y con pelota de trapo en su violento y pobre barrio de Tres Corazones.
Sin duda, se trató de un suceso deportivo global, en tiempos de preinternet, con numerosos periodistas de más de 60 países. El mundo fue testigo de las palabras de un Pelé, quien antes del partido, y con un inglés modesto, expresó: “Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes y quiero aprovechar esta oportunidad para que, por favor, ayuden al desamparado, y particularmente a la niñez necesitada en todo el mundo”.
Pelé era puro nervio y emoción esa noche. Su voz temblaba y la humedad invadió sus ojos; sin embargo, tuvo aun fuerzas para pedir, en medio de la cancha, a todo el público que gritara tres veces una misma palabra: “¡Love, love, love!”. Lo acompañaban su padre ‘Dondinho’, las autoridades políticas y deportivas brasileñas, y hasta el presidente estadounidense Jimmy Carter y la estrella del boxeo Muhamed Alí, el campeón mundial de peso pesado.
Con flores en los brazos, Pelé recibió el saludo de los jugadores que iban a disputar el partido. Todos ellos pasaron a dar sus saludos al ‘Rey’ del campo. Con un largo desfile de jóvenes de las ciudades circundantes concluyó la ceremonia.
EL ÚLTIMO GOL DE PELÉ
El partido comenzó animado. A los 14 minutos, el Santos sorprendió al Cosmos con un gol del defensa Reynaldo. Antes de que acabara el primer tiempo y en plena lluvia, el propio Pelé logró el empate con un tiro libre, ejecutado desde 30 metros de distancia. Un derechazo fabuloso. Fue el gol 1.281 de Pelé (en 1969 logró el gol 1.000 en un partido Santos-Vasco da Gama).
En el intermedio, hubo danzas brasileñas que alegraron al público, donde la samba y el carnaval acapararon las gradas y los pasillos de los Gigantes. En ese momento, Pelé se quitó la camiseta del Cosmos y se la entregó a su padre, para iniciar con ello el Museo Pelé en Brasil. Luego, un jugador del Santos, Roberto, le dio la camiseta de su equipo de siempre. La única e irremplazable camiseta con la que el astro terminó de jugar el partido.
Un detalle importante: al cambiar de camiseta, lo reemplazó en el Cosmos un peruano, Ramón Mifflin, quien no solo destacó en el encuentro, sino que además anotó el gol vencedor: 2-1 acabó lo que fue, para muchos, el partido más triste de la historia.
PELÉ Y SU PASO MAESTRO POR CANCHAS PERUANAS
El genio de Minas Gerais jugó en Lima muchos partidos, sobre todo durante la década de 1960 y especialmente en el Estadio Nacional. Y es que con el Santos, Pelé viajaba continuamente por América Latina y Europa.
En el Perú, disputó numerosos partidos, desde mediados de los años 60 e inicios de los años 70. Jugó con pundonor, estilo y talento contra los compadres de siempre: Universitario de Deportes y Alianza Lima, pero también contra el equipo chalaco de Sport Boys, y hasta con el hoy reivindicado club Mariano Melgar, el equipo dominó, en la mismísima Ciudad Blanca de Arequipa.
A nivel de selección nacional, el Brasil de Pelé jugó varias veces con el Perú de Perico León, Alberto Gallardo o Teófilo Cubillas. Luego, como todos recuerdan, nos vimos las caras en el Mundial de México ‘70, en cuartos de final. Perú perdió esa vez 4 a 2, en un partido muy disputado y con destacado juego de Pelé y compañía.
Si bien en la memoria global quedó la imagen de un Pelé vistiendo solo las camisetas del Santos y el Cosmos, en realidad el ‘rey del fútbol’ jugó, entre 1947 y 1956 (etapa infantil y adolescente), en los equipos de Baquinhor, Sete de Septembro (1947), Atlético Baurú (1949), Ameriquinha (1951-1956); y solo después en el Santos (1956-1975) y el Cosmos de Nueva York (1975-1977), donde se retiró definitivamente.
Pelé llegó a jugar en total 1.366 partidos, y en ellos consiguió hacer 1.282 goles. Con su selección nacional participó en 109 partidos e hizo 93 goles. Y con el Santos, el equipo de toda su vida, jugó 1.101 partidos y logró 1.120 goles. Pero más allá de esas impresionantes cifras, para los peruanos de aquellos años fue un lujo verlo acariciar el balón especialmente en el Estadio Nacional de Lima. Ahora, descanse en paz, “O Rei”.
Fuente: El Comercio