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miércoles, enero 22, 2025

Liberita, la productora agrícola de Tomaykichwa

Liberita Serrano Antonio preparó la tierra, la sembró e injertó plantones. Después los regó, cultivó y abonó con esfuerzo y dedicación. Ahora, luego de mucho trabajo, comenzó la cosecha de sus plátanos, duraznos, limones y naranjas, los mismos que lleva en una moto carga desde su chacra hasta la plaza de amas Tomaykichwa, en Huánuco, donde los vende.

Fue así que Liberita, usuaria del programa Juntos del Ministerio de Desarrollo Inclusión y Desarrollo Social (Midis), inició y desarrolló su emprendimiento de producción y venta de productos agrícolas.

¿Cómo empezó todo?

Todo comenzó hace cinco años, aproximadamente. Liberita recibió asistencia técnica de la Agencia Agraria Ambo, al igual que otras paisanas suyas, para aumentar la productividad de su distrito, ubicado en un hermoso valle por donde discurre el río Huallaga. Sin embargo, debido a la pandemia, el plan no tuvo sostenibilidad y provocó que la mayoría de la gente desistiera, pero no ella.

Para entonces, Liberita ya había aprendido bastante del oficio y esto, sumado a sus conocimientos de agricultura, su independencia, su pasión por el trabajo y su perseverancia, facilitaron el inicio de su propio emprendimiento. Además, contaba con el apoyo de Juntos que le entregaba un incentivo monetario por cumplir con llevar a su hija al centro de salud y asegurarse de que vaya todos los días al colegio.

Así, al poco tiempo, habilitó como terreno una ladera del caserío de Marcapampa, conduciendo agua por una sequía artesanal y distribuyéndola con mangueras. Ahorrando el dinero que recibía de Juntos, logró comprar 100 plantones de palta, 100 de durazno, 250 de tara, 100 de naranja y limón; y los sembró con sus propias manos.

Muchos de esos plantones se secaron por la escasez de agua, pero los que resistieron empezaron a crecer. “El dinero de Juntos también me sirvió para comprar abono natural”, señala Liberita, que ingresó al programa el 2014, a poco de nacer su hija Hanna, quien ahora tiene 10 años y cursa el cuarto de primaria en el colegio Ricardo Flores Gutiérrez.

“La gestora de Juntos, cuando me visitaba, me aconsejaba iniciar emprendimientos o actividades económicas, señalando que una mamá del programa debe generar siempre nuevos ingresos para su familia. Su apoyo fue fundamental”, asegura.

Primeros frutos

Este año tuvo una doble satisfacción: obtuvo los primeros frutos de su chacra y compró, de cuarta mano, una vieja pero útil moto carga que ella, decidida como es, aprendió a manejar sin que nadie le enseñara. “Solo preguntaba para qué sirve este botón o este otro. Cuando manejé por primera vez, bajando de Marcapampa, lo hice con el sistema enganchado y por poco me volteo”, cuenta risueña.

Con la adquisición del trimóvil dejó de gastar en flete para transportar sus productos y en pasajes para llevar a su hija al colegio. Ahora, por las tardes, abastece de alfalfa y hortalizas a sus clientes de Tomaykichwa y, cada lunes, lleva todos sus productos a la plaza de armas donde, junto a otras madres, vende en unos estands acondicionados por la municipalidad.

Liberita es una mujer de ideas claras y empeñosa. Goza del aprecio de sus paisanos. Su liderazgo ha permitido que su familia mejore las condiciones en las que viven. Siempre tiene nuevas ideas en busca de mejorar su negocio. En medio de su chacra, rodeada de plátanos, lúcumas, tangelos y granadas, sueña con, algún día, poder exportar sus productos. “¿Por qué no? Todas las cosas que se consiguen comienzan con los sueños. Y los sueños se hacen realidad con trabajo duro”, manifiesta confiada.

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