18.4 C
Huánuco
Martes, Octubre 15, 2024

Conozca la trayectoria del huanuqueño Oswaldo Sagástegui Córdova, caricaturista político reconocido en el mundo

Una exposición en el Ministerio de Cultura resume más de 30 años del pintor huanuqueño radicado en México. Sagástegui es reconocido como una de las máximas figuras del siglo XX de la caricatura política.

El maestro lo ha visto todo y vuelve del futuro para resumir su historia a trazos: “Mi vida es la de un hombre que ha vivido 250 años”. 

Reside desde 1968 en México, donde conoció a casi todos los presidentes de ese país. Y como caricaturista viajó de comisión fuera de México. Conoció a Deng Xiaoping en China, por ejemplo; o en Nicaragua se vio cara a cara con la muerte y ese horror también lo plasmó en caricaturas.

Desde México, el maestro recuerda que nació en el pueblo de Llata, en Huánuco, en 1936, pero sus primeros cinco años los vivió como un Tarzán entre campamentos en la selva virgen, donde su padre era capataz a cargo de 120 personas que construían una carretera del Estado.

Era un Perú donde la lucha diaria era entre el hombre contra la naturaleza; mundo salvaje y peligroso; cada tres meses había que mudar las tiendas de campaña con sus padres y hermanos y avanzar otro poquito más en nombre del progreso.

Sagástegui, quien goza de una memoria privilegiada, no duda que su paleta de colores debe mucho a esa experiencia amazónica que lo definió como ser humano y artista.

El otro gran momento sucedió cuando tenía 8 años. Empezó a trabajar vendiendo dulces y entraba al cine de Huánuco. Junto con su hermano Marino –quien será pintor como él– recogían los rollos que tiraban. “Descubrimos que un cuadrito era diferente al siguiente: descubrimos la simétrica, que me ayudó a comprender y a plasmar los detalles”.

La relación de Sagástegui con el periodismo se inició en la Lima de los años cincuenta. A los 17 años, ya hacía “caricatura de crítica política” en una revista bajo las órdenes de Sofocleto (Luis Felipe Angell). Cuando se graduó de Bellas Artes, trabajó en El Panamericano (Panamericana Televisión), donde a falta de imágenes, Sagástegui y su hermano Marino completaban la información gráfica faltante con dibujos. Podían hacer hasta 10 dibujos para el programa que solo duraba 20 minutos. Era un ejercicio de rapidez.

A pesar que sus caricaturas se publicaron en el Washington Post, en un diario japonés que tiraba 8 millones de ejemplares diarios, o que fue seleccionado en Suiza, entre los más destacados caricaturistas del siglo XX, Sagástegui se define como un pintor abstracto.

“La caricatura es un arte y una de las grandes expresiones de los periódicos”. Por eso, el denominador común de las páginas más importantes de política de los Estados Unidos, México y los países europeos, tienen caricaturas. “Es una conquista de los medios impresos”.

Uno de sus deseos es que, tal como hicieron en Suiza, aquí un museo también exhiba sus trabajos “para demostrar lo que hemos hecho los peruanos”. Tendría un salón donde invitaría a exponer a caricaturistas más jóvenes.

El maestro formó parte de la “Promoción de oro” (1959) de Bellas Artes, junto con Alberto Quintanilla, Gerardo Chávez, Tilsa Tsuchiya, Milner Cajahuaringa y Alfredo Gonzales Basurco, entre otros. “Había mucho respeto; por lo menos yo siempre respeté el talento de mis colegas. Yo era un provinciano que venía a Lima, y el encuentro con la sociedad limeña fue en esa época muy difícil”.

El año pasado, el centro cultural de la Escuela Nacional de Bellas Artes, hizo una primera retrospectiva de 150 de sus trabajos a papel y lápiz. Ahora, el colectivo Promoción y Difusión del Arte Peruano presenta una muestra más completa en el Ministerio de Cultura.

Si como afirma, durante 20 años dejó la pintura fue por su dedicación exclusiva a la caricatura. Luego de dejar Lima e iniciar una travesía que lo llevó a Roma y Nueva York, el futuro esperaba al joven pintor peruano en México y en otra faceta. En la tierra de los mariachis, encontró la caricatura política.

Hace su recuento, y en los 28 años que trabajó en el periódico Excélsior hizo más de 11,000 caricaturas, un promedio de tres o cuatro caricaturas por día, dependiendo de las decisiones de los editores. “Fueron esos años que le alejaron de la pintura porque el mundo del periodismo que me planteaba Ciudad de México era diferente al de Lima”.

“Era otra forma de vivir, con otro tipo de periodismo. Cuando llegué a México descubrí un periodismo de una relación con el sistema distinto. Había un control. Nos permitían criticar hasta cierto punto”, recuerda.

Sagástegui trabajaba, como dice, en la página editorial, la página 7, la más importante del periódico más importante de México: Excélsior. “Tuve que aprender el lenguaje del pueblo mexicano. Aprendí a entender su sistema político para ver cómo podía comentar un tema”.

También le tocó trabajar con tres Premios Nobel de Literatura: En la Lima de 1950, conoció en la revista Extra a Mario Vargas Llosa, “muy elegante, alto, parecía de mucha más edad”.

En México, su oficina era adyacente a la del poeta Octavio Paz. Y también conoció a Gabriel García Márquez.

“Yo soy pintor abstracto. Pero mi amor por la caricatura y por la información me llevaron a estos terrenos y luego regresar a pintar se me hizo muy complicado porque se pierde la relación entre cabeza y mano. Me costó tres años, regresar a la pintura”. Hoy en día, aunque pinta más lento, lo hace a diario.

En la actualidad, dice, hay mayor tolerancia en México. “Ahora hasta se insulta al presidente. En mi época eso era imposible. A un líder había que hacerlo broma en dibujo muy disimuladamente”. Resalta la generosidad histórica de México, que ayudó a muchos exiliados políticos de Hispanoamérica. Es ese México donde nacieron sus tres hijos, que honra este peruano que lleva la selva en cada trazo.

Datos:

Personajes contemporáneos en la pluma de Oswaldo Sagástegui se puede visitar en la Sala Kuélap del Ministerio de Cultura (Av. Javier Prado Este 2465, San Borja), de martes a domingo, de 9:30 a 18:00 horas. Ingreso libre.

Exposición es posible gracias al colectivo de Promoción y Difusión del Arte Peruano.

En el libro Sammlung Karicaturen & Cartoons (Alemania, 1985) lo destacan como uno de los caricaturistas más importantes del siglo XX, por su originalidad y calidad artística.

Cifra:

11,000 caricaturas dibujó Sagástegui en 28 años en Excélsior de México.

Fuente:El Peruano

- Publicidad -spot_img

PUBLICIDAD

Últimas Noticias

PUBLICIDAD

spot_img

LEE ESTO TAMBIÉN

Reportaje: Punto Final

- Publicidad -spot_imgspot_img
Noticias relacionadas
-Publicidad-spot_img